Durante la emisión de su programa radial emitido por Radio Aporrea, el historiador Vladimir Acosta hizo un análisis caracterizando el papel que ha desempeñado la juventud venezolana en los últimos hechos de violencia, el pasado ambiente electoral a nivel regional y los anti-valores reproducidos por la calidad de educación que ha venido tomando proporciones trágicas a nivel nacional y mundial.
Para adentrarse en el tema de la juventud venezolana, Vladimir Acosta hace una contextualización partiendo de la premisa de que “la juventud es el futuro de un país y ese futuro se ve como algo sombrío”, en lo que respecta a Venezuela, sin embargo, no se pueden desconocer los avances que se han dado y que benefician directamente a la población joven.
En primer lugar, la cifra de estudiantes universitarios es elevada 2 millones 700 mil universitarios, ese es un logro del comandante Hugo Chávez Frías y el presidente Maduro que le dio continuidad, una obra extraordinaria del chavismo. En segundo lugar, que “los pobres y excluidos han accedido a la universidad pública”.
El tercer logro, la creación de “decenas de universidades con educación gratuita, con todas las ventajas sociales en salud, libros gratis que se publican por millares y millares que la derecha destruye cuando quema las universidades”, detalló Acosta y agregó que también están las “universidades religiosas, privadas, a las cuales el estado sigue entregando subsidios”.
Finalmente el cuarto logro, intenta revisar la calidad de la educación, involucrando a la oposición, a pesar de sus “alaridos histérico calificando la educación de ideología, como si el capitalismo y sus valores egoístas no lo fueran”, explicó Acosta. No obstante, “detrás de esos logros está presente una sombra”, determinó el historiador como punto de partida para analizar.
La juventud venezolana y las elecciones regionales
Acosta tomó el caso de las elecciones regionales donde la nueva modalidad es que lejos de proponer un programa político, simplemente las candidaturas fueron heredadas por las esposas de los alcaldes encarcelados, sin embargo, el papel protagónico de la juventud de la extrema derecha venezolana apuntaló a ganar las elecciones, a pesar de su derrotada “fase de conspiración para derrocar al gobierno bolivariano”, como lo denominó el historiador.
Partiendo de este hecho, Vladimir Acosta, caracterizó la actual juventud venezolana. En principio, se refirió a la calidad de la educación en el país recalcando que la misma “es baja, bastante baja” y que responde a un problema mundial pero que es un cuadro serio y de inmediato abordaje en el país.
Acosta determinó que el tipo de la calidad educativa en la actualidad es una educación depauperada dirigida a “banalizar, embrutecer y manipular la juventud para que vote por cualquier pendejada por cualquier imbécil que le propongan como candidato y para poder mantener esas máscaras democráticas con una juventud envilecida y casi animalizada”.
Una educación, explicó Acosta, que a pesar de contar “con tecnologías modernísimas aleja a los jóvenes cada vez mas de la posibilidad de pensar de desarrollar su propia capacidad de pensamiento”.
Los estudiantes en su mayoría “no leen, no leen libros, (leen) fotocopias, pero casi nunca saben de qué libro son”, explicó Acosta y continuó describiendo: “Casi no piensan, su vocabulario es cada vez más pobre son incapaces de seguir un argumento más de 1 o 2 minutos, imagínense una clase de 3 horas”.
Añadió Acosta que son jóvenes llenos de ideología, falsa conciencia, “están llenos por completo de ideas banales, metidos en unas redes que podían servir para cosas enormes pero las manejan para aligerarlos de pensamiento para banalizarlos, embrutecerlos sin que se den cuenta, dependen solo de una imagen de protagonismo fácil y falso de la televisión, el internet”, dijo que en ausencia de dicha tecnología los jóvenes retroceden millones de años y no saben dónde viven.
Sin embargo, en medio de su ignorancia, la flexibilidad con que se dejan manipular terminan siendo útiles para los fines del capitalismo y de la derecha extrema fascista.
Cuáles son las opciones de los jóvenes hoy
Profundizando en la problemática el historiador recalcó que a pesar de las facilidades que el gobierno bolivariano brinda para acceder a la educación, los jóvenes venezolanos no la ven como una solución a sus apremiantes necesidades por incorporarse a la competencia del mercado y proveerse de cuanta mercancía banal esté de moda para ser aceptados por una sociedad cada vez mas degradada en su sentido común mercantil.
Es así como los jóvenes le apuestan a la delincuencia y el crimen como «perspectiva de avance social a corto plazo, mejores condiciones de vida, para tener billete, levantarse, cómo levantarse una buena “jeva”, tener una buena pinta, un buen carro, una buena moto», explicó Acosta los intereses que persigue la juventud actual.
“La educación es realmente algo difícil”, dijo Acosta trayendo al espacio las reflexiones simples de los jóvenes en la actualidad explicando a su vez el ambiente violento prefieren optar por “formar parte de una banda que no son ni siquiera de ladrones sino de asesinos o una banda de traficantes de droga, que les da dinero más rápido y meterse en bandas que se ocupan de los secuestros todos los tipos de secuestros”.
De esta forma, vemos las elevadas cifras de víctimas por sicariato, secuestros exprés que son efectuados por jóvenes preadolescentes entre los 12 a los 18, 19 años, que matan por cualquier cosa, en una forma de degradación humana al extremo.
Recordó Acosta los casos de sicariato con horrendos crímenes, que han conmovido el país, como “el asesinato de la actriz Mónica Spears y su marido, y el asesinato con fines políticos que aún no termina de dilucidar de Eliecer Otaiza”, ambos perpetuados por adolescentes en el primer caso de 18 años y el último de 17 años. Sin contar con las decenas de asesinatos cotidianos, en liceos, busetas, paradas, a toda hora y en cualquier lado sin motivo.
Pero los delincuentes no son solo jóvenes pobres, los hay de clase media que pueden ser estudiantes o incluso tener ya una profesión y atracan bancos, trafican droga, secuestran y matan. En este caso dice Acosta que “no han rechazado la educación sino que les parece insuficiente y entonces se dedican también al atraco y al secuestro”.
En el caso de los guarimberos de la derecha que se preparan en las universidades de EE.UU. no precisamente se destacan por su inteligencia, dice Acosta aunque tienen claro que van a heredar el poder de sus padres “salen y hacen sus guarimbas para que Harvard saque un comunicado apoyándolos".
Además, ya hemos visto varios exponentes salidos de Harvard como estos muchachones de CAP (Carlos Andrés Pérez) y ese otro que salió a incendiar las calles (Leopoldo López).
Señaló el historiador que con una mala calidad educativa los futuros profesionales, de las universidades gratuitas, “les falta un interés por el cambio social, el compromiso político, por un país con una sociedad nueva de cambios, de revolución”, aclaró que se refiere a la mayoría no a los casos excepcionales añadió que palabras como revolución “no les dice nada, son indiferentes a eso, nada de eso les dice nada, lo único que les interesa a esas grandes mayorías es graduarse pronto, de lo que sea y que dé más dinero".
Mencionó que la juventud de la extrema derecha sí prepara sus “lideres creados de la noche a la mañana, como pastas dentales, por series” mientras la izquierda desde sus medios de comunicación como el canal 8 enfrenta los problemas serios con risas y promueven campañas que terminan presentando simpático al enemigo.
Una juventud que ha asumido la corrupción como forma de vida
No dejó de mencionar la preocupante situación del caso de la estudiante de medicina de la Universidad Nacional Experimental Rómulo Gallegos (UNERG) que tras su desaparición y posterior asesinato se diera a conocer que estaba involucrada con la mafia vende cupos para que las plazas que son entregadas a los centros estudiantiles, organismos creados en el calor de las luchas de tiempos pasados para defender el derecho a la educación de los estudiantes, ahora comercialicen la venta de los cupos por el costo nada barato de 30.000 por cada uno.
Con el asesinato de la estudiante, no solo se da a conocer la mafia vende cupos también de los profesores que cobran por pasar la materia y no hacer exámenes.
Unido a esto unos jóvenes que el historiador calificó de “alimañas humanas” aprovechan el caso de la estudiante para promocionar, por un lado, la campaña de desprestigio al gobierno, acusándolo de haber asesinado a la joven sin que los tiempos y espacios coincidieran. Además de sumarle imágenes que desde un supuesto arte de la fotografía maquilla vivos para hacerlos pasar por muertos durante los hechos de violencia y desestabilización del gobierno bolivariano.
A modo de conclusión
Ante la relación de casos que analizó Vladimir Acosta, hace un llamado a la conciencia sobre la “magnitud, las raíces y conexiones que tienen estos hechos”, expresó el historiador que “enfrentar y cambiar esto no es nada fácil, es una lucha contra la corriente”, enfatizó que “es así como se hacen las revoluciones de una forma sistemática, permanente, una lucha larga”, también dijo que hay que tener en cuenta que es un intento para enfrentar el capitalismo podrido que no solo acaba con la sociedad también amenaza a todo el planeta.
(LaIguana.TV)
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