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Reynaldo Pereira |
La coyuntura política
por la que atraviesa nuestra patria y particularmente la revolución bolivariana,
no debe causarnos gran impresión, ya que definitivamente solo en una sociedad
que ha sufrido cientos de años bajo la dominación cultural, política, económica
y social de potencias extranjeras; un halo de libertad, no solo supone un
aprendizaje, un comportamiento, una conducta o una adecuación, sino también la
comprensión y la voluntad de dar el salto grande, para lograr la verdadera
libertad e independencia.
Ahora mismo en
Venezuela estamos dando una gran batalla contra la cultura de la dominación, en
todos sus escenarios, desde el cultural hasta el de la psiquis colectiva; la
guerra que se nos ha planteado desde los laboratorios norteamericanos y sus
lacayos locales, diría yo tiene pocos precedentes, y es por lo que quiero
referirme a la manera tan peculiar que la derecha y sus expertos jurisconsultos
le quieren dar a cualquier acontecimiento que requiera una decisión o
interpretación jurídica. Ya en el 2002 pudimos observar con estupor, como de
una manera cínica propia de los fascistas, trataron de justificar las acciones
y decisiones que tomaron para acabar con la revolución bolivariana. Hoy podemos
constatar nuevamente la conducta enfermiza de quien pretende actuar al margen
de la ley y recibir un trato de ciudadano respetuoso del estado derecho o el de
un buen padre de familia, como definían los antiguos intérpretes del derecho
romano, la actuación apegada a la ley, la moral y las buenas costumbres, me
explico, desacatan una decisión nada más y nada menos que de una sala del
Tribunal Supremos de Justicia, para no mencionar otra de las tantas
barrabasadas cometidas y pretenden que nosotros los que queremos este proceso
revolucionario y los que la dirigen, observemos tales delitos, sin que
activemos mecanismos de defensa jurídica, política y militar, hay que ser bien
fascista y hacerse de bolsa como decimos en criollo, para pensar que de este
lado no van a dar respuesta. Evidentemente el desacato de la derecha venezolana
a la decisión de la sala electoral del Tribunal Supremo, coloca a la Asamblea
Nacional al margen de la Ley, el poder legislativo es solo uno del quinteto de
poderes que comprende la estructura jurídico político del poder nacional en
Venezuela. La nación, la patria es un conjunto de instituciones, personas,
símbolos y nuestra actuación tiene que someterse al imperio de la constitución
y la Ley, so pena de proceder ilegal e inconstitucionalmente. Actualmente el
desacato de la asamblea s la decisión de la sala electoral de nuestro máximo
tribunal, coloca en entredicho por ilegalidad todas las decisiones del poder
legislativo, y le corresponde al Tribunal Supremo de Justicia en sala
constitucional garantizar el funcionamiento del estado. Entonces no esperen
menos del liderazgo revolucionario y de un pueblo que está sometido a una
guerra de hambre, impuesta por los dueños de las empresas productoras y
distribuidoras de alimentos, casi todas serviles del imperio gringo. NO PUEDEN
ESPERAR MENOS. ASÍ PLANTEADAS LAS COSAS, UBÍQUENSE BIEN DONDE VAN A ENFILAR LOS
CAÑONES CONTRA EL PUEBLO, PARA QUE SIENTAN Y VEAN UN PUEBLO CON SU VANGUARDIA,
DANDO LA BATALLA PERFECTA POR SU LIBERACIÓN Y LA PROFUNDIZACIÓN DE LA
INDEPENDENCIA.
VIVA CHÁVEZ Y MADURO
VIVA LA REVOLUCIÓN
BOLIVARIANA
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