lunes, 4 de noviembre de 2013

LO QUE LE TOCÓ A EARLE HERRERA LUEGO DE OPERARSE: DIETA, REPOSO Y OÍR A ESCUÁLIDOS SIN ALTERARSE

Hay cosas que nosotros debemos aprender, pero acá hemos ido avanzando en ese terreno con la Ley de Telecomunicaciones y la Ley de Responsabilidad Social en Radio y Televisión.

Desaparece la literatura de un diario y le echan la culpa al régimen… ¿Cómo se entiende eso?

Sí, a la barbarie del régimen… Yo señalaba que el día que se anuncia la desaparición del Papel Literario, El Nacional publica cuatro suplementos de publicidad, de banalidades, de pornografía… y pretenden tirarle el muerto que ellos mataron, su Papel Literario, al gobierno del presidente Maduro. En estos días también salió una nota del diario La Hora, de Margarita, en la que también dicen que tuvieron que suspender su suplemento literario, llamado La Palabra, por falta de papel. Yo me pregunto por qué lo primero que matan cuando hay dificultades son las letras, la literatura, la poesía. Eso hay que investigarlo…

¿No será porque la poesía y la narrativa no tienen patrocinantes publicitarios?

Bueno, siempre que un periódico hace un suplemento literario es porque detrás hay algún romántico. En el caso de El Nacional, era Miguel Otero Silva, pero ya no está. El Universal, en cambio, nunca se llamó a engaño en ese sentido, jamás sacó suplementos literarios, es un periódico serio que no cree en la poesía ni nada de eso.

Sus palabras sobre Óscar Yanes en la Asamblea Nacional pusieron a muchos de mal humor…

Sí, recibí algunos mensajes donde me decían de todo, pero ninguno llegó a alcanzar los decibeles con los que se expresaba el propio Óscar Yanes. Yo lo que hice fue leer una entrevista que le hicieron, citarlo a él. Lo que pasa es que la disociación que tiene la oposición es tan grave que llegaron a creer que Óscar Yanes solo fue un acérrimo enemigo de Hugo Chávez, cosa que no es cierta tampoco. Si uno estudia con cuidado la historia de Yanes se da cuenta de que él fue, en todo caso, un acérrimo enemigo de los adecos. Las cosas que dijo de ellos fueron terribles. Fue muy crítico también con sus propios colegas diputados. Fue él quien dijo que al viejo Congreso, 70% de los parlamentarios iban a hacer negocios, yo lo que hice fue citarlo. Quise que ese personaje, al que estábamos homenajeando, fuera homenajeado con conocimiento de causa. Para utilizar una expresión de este hombre considerado el padre del amarillismo (estilo periodístico sensacionalista que busca temas capaces de despertar la morbosidad de los lectores) en Venezuela, una vez que las personas mueren lo que hay que decirles es “¡cúbrase de gloria, ilustre!”.

En la introducción de su discurso sobre Yanes, hizo referencia a lo cerca que acaba de estar usted mismo de la muerte. Más que como periodista, en su condición de poeta, cuéntenos cómo emerge uno de una situación así.

Bueno, en el momento no sabía lo que estaba pasando. Pensé que era un infarto porque tenía un dolor muy fuerte en la espalda. En realidad fue un aneurisma, la ruptura de la arteria aorta. Me sometieron a una intervención para reparar el daño. Una vez que me recupero de esa intervención es que me entero de la gravedad de lo que sufrí. Supe que estuve en el limbo y los médicos me explicaron que este tipo de enfermedad tiene una altísima tasa de mortalidad. Eso trae muchos cambios en la vida: dieta, reposo y cosas más difíciles que me piden, como oír a los escuálidos sin alterarme… Es como aprender a caminar de nuevo y no a caminar de la misma forma que lo hacías antes, sino de otra. Yo estoy en ese proceso de aprendizaje, pero en lo demás sigo viendo el mundo con los mismos ojos. La gente que cambia es porque tiene muchas cosas de que arrepentirse y, al estar cerca del final, promete que ahora será otra persona. Yo no, seguiré siendo el mismo… Soy casi un pan de Dios.

- La Corte Suprema de Argentina acaba de ratificar la constitucionalidad de la Ley de Medios. ¿Hace falta una ley así en Venezuela?

Hay cosas que nosotros debemos aprender, pero acá hemos ido avanzando en ese terreno con la Ley de Telecomunicaciones y la Ley de Responsabilidad Social en Radio y Televisión. Uno de los puntos medulares de la Ley de Medios argentina es evitar la concentración monopólica de medios de comunicación social e industrias asociadas. Allá tienen el caso del Grupo Clarín, que maneja medios impresos, radio, televisión, telefonía y hasta fabricación de papel, herramienta con la que puede ahogar a la competencia. La idea es evitar que unos señores sean dueños absolutos de todo el espectro comunicacional de un país. Por cierto, eso es algo que comenzó a combatirse en Estados Unidos, a finales del siglo XIX, cuando aparece el fenómeno de la concentración en pocas manos de diarios y agencias noticiosas. Argentina lo está haciendo más de cien años después.

La lucha contra cualquier regulación ha sido siempre el discurso de los dueños de los medios, pero de un tiempo a esta parte se ha convertido también en el discurso de los gremios periodísticos. ¿Cómo ve usted ese viraje?

Allí, de muchas maneras, está la figura de Hugo Chávez. El antichavismo se convirtió en una enfermedad que distorsionó la mente, incluso de gente brillante, inteligente, de investigadores, de académicos. Por eso vemos hoy que los investigadores de la comunicación viven negando sus propios libros y sus propias ideas. Es una cuestión digna de estudio. Yo una vez hice una serie de entrevistas sobre “el libro indeseado”, es decir, sobre obras que un autor había escrito pero que ya no las quería y deseaba desaparecerlas del mapa. Uno de los entrevistados fue el historiador Guillermo Morón, y su libro indeseado era una novela llamada Nuestra Señora de la Madre de Dios de Carora. Me contó que luego de varios años releyó la novela y se dio cuenta del crimen que había cometido, así que, avergonzado, trató de recogerla. A los amigos, a quienes se la había regalado, se las pedía prestada y la quemaba y, además, compró los ejemplares que consiguió por allá en los kioscos de Carora. Parece que logró extinguirla… Así están los comunicólogos hoy: quieren extinguir los libros que escribieron en los años 70 y 80, cuando hicieron escuela en Venezuela y en América Latina. Hoy están en una especie de esquizofrenia, más que de doble discurso, en su caso se puede hablar de doble teoría.

Otros actores destacados en el debate sobre la libertad de prensa en la actualidad son las Organizaciones No Gubernamentales. ¿Qué opina de ellas?

Son ONG internacionales que tienen su franquicia en Venezuela. Hay gente que ha conseguido con ellas la forma de vivir sin trabajar y sin estudiar. Solo tienen que preparar unos informes anuales y mientras más insumos les metan, mayor es la cantidad que les dan como subvención. Todo eso lo hacen colocando a los patronos, a los dueños de los medios, en un pedestal intocable, a pesar de que eso mismo no ocurre en los países que ellos tienen como paradigmas. Por ejemplo, en Inglaterra se está legislando para prohibir la difusión de conversaciones íntimas en medios amarillistas. Si eso se hiciera en Venezuela, dirían que es un atentado del régimen. Es una cuestión triste y lamentable porque ni siquiera se puede discutir con esta gente desde un punto de vista académico y periodístico. No es posible porque estos señores están fanatizados o subvencionados y, por lo tanto, defienden a troche y moche sus posiciones.

La felicidad como chiste

Hablando ahora con Earle Herrera, el humorista, ¿esto del Viceministerio de la Suprema Felicidad no es como un chinazo que se dio el Gobierno?

Todas las cosas que tienen que ver con lo espiritual, cuando lo espiritual entronca con la realidad, se prestan mucho para el chiste, para la chanza. Y yo pienso que así debe tomarlo el Gobierno también. No se trata de ponerse a teorizar lo que es la felicidad. Eso es bueno dejárselo a la oposición, que anda por ahí releyendo Un mundo feliz, de Aldous Huxley, y 1984, de George Orwell… La felicidad no es salud, no es educación, no es trabajo y es todo a la vez, es difícil de medir; sin embargo, últimamente, cada vez que la miden nosotros aparecemos entre los primeros del ranking. No sé si tenga que ver con la expresión mirandina del bochinche, pero lo cierto es que acá la gente come, estudia y no se amarga. Los medios tienen esa campaña porque están empeñados en que seamos infelices, que andemos amargados.

Y lo han logrado, con una parte de la población…
Seguro, hay gente que ejercita la amargura 24 horas al día, a dedicación exclusiva. En todo caso, yo estoy de acuerdo con la creación del Viceministerio para la Suprema Felicidad y respaldo la idea del presidente Maduro, de elevarlo al rango de ministerio porque así se le dotará de cartera. Es bueno que sea felicidad con cartera porque si no, la cosa puede complicarse… ¿Tú crees que haya felicidad sin cartera?

Siendo periodista y profesor de tantas generaciones de comunicadores, ¿cómo evalúa usted la creación del Centro Estratégico de Seguridad y Protección de la Patria (Cesppa)?

Soy defensor del ejercicio pleno, no solo del periodismo, sino de la libertad de expresión ciudadana, más allá de los comunicadores sociales. Ahora, hay que entender que la clasificación de informaciones la realizan todos los países del mundo, todos los gobiernos buscan la información que ellos consideren estratégica. Eso es así desde los tiempos de los cronistas de Indias. A esos señores los envió la Corona española no para que echaran cuentos, sino para tener información sobre lo que estaba pasando en sus dominios. Lo que pasa es que muchos cronistas se volvieron locos debido al choque con la fabulosa realidad de América. Empezaron a inventar historias y allí nació el realismo mágico. Desde entonces todos los gobiernos hacen eso y tienen que hacerlo, por supuesto sin que eso violente el derecho a la información.

El Gobierno enmendó algunos aspectos, pero aún así a la oposición no le gusta el Cesppa…

Porque esa es una oposición sin bandera, una intelectualidad sin temas, y a algunos del Gobierno les encanta zumbarles un pedazo de bandera para que se pongan a discutir durante tres meses. Esto parece que se lo hubiesen lanzado a propósito.

Ahora ha surgido la denuncia sobre manipulaciones en la red electrónica Twitter. Algunos analistas del lado revolucionario opinan que el Gobierno cae en la trampa de darle demasiada importancia a estos instrumentos que son dominios imperiales. ¿Qué opina usted?

Independientemente de lo que podamos pensar de esas redes, creo que hay que parafrasear a Fidel Castro cuando dijo “no creo en la globalización, pero está allí afuera”. Las redes están allí, son una plataforma, son una realidad y allí se da una batalla. Cuando se hacen esas trampas, como cerrar cuentas o desaparecer seguidores, hay que hacer la denuncia, aunque la oposición se burle. La idea es que quienes hacen esas cosas sepan que nosotros sabemos.

Últimamente han sido citados varios periodistas para interrogarlos sobre informaciones publicadas por medios donde ellos trabajan. Mucha gente se pregunta por qué no se cita más bien a los dueños de los medios, que son quienes realmente fijan las líneas editoriales.

Estoy absolutamente de acuerdo con quienes tienen esa posición. Yo también me pregunté, cuando vi que en la Fiscalía habían citado a unos reporteros y unas reporteras, ¿por qué no llaman al señor De Armas? Si hay realmente un complot para provocar desestabilización y la gasolina es un combustible muy apropiado para eso, bueno, los que tienen la mecha y el yesquero son los propietarios de ese bloque de publicaciones y no los periodistas que van y hacen la información. Pienso que se está apuntando hacia donde no es.

El extraño caso de Mazuco

En una entrevista que le estaba haciendo a través de su programa Como ustedes pueden ver, en Radio Nacional, Roberto Malaver le preguntó a Earle Herrera qué pensaba de la incorporación a la Asamblea Nacional de José Sánchez Montiel, alias “Mazuco”, penado a 19 años de prisión por un homicidio. Herrera dijo que prefería no opinar sobre eso. Al tener la oportunidad, le preguntamos la razón de su mutismo.

¿Qué fue eso, profesor, autocensura?

Bueno, es que acababa de reincorporarme a la Asamblea, luego de la operación, y no tenía ni idea de por qué ese señor apareció de repente en la plenaria, de manera que no sabía qué decir. Y lo peor es que todavía no sé por qué está allí. Además, me da la impresión de que la oposición no lo sabe y la bancada revolucionaria tampoco. En resumen, nadie sabe por qué Mazuco se incorporó. Estamos averiguando.

Lo cierto es que hay desconfianza de ambos lados, porque en la oposición algunos temen que él sea el diputado 99…

La verdad es que con un tipo que ha sido policía y está acusado de asesinato no es extraño que sea agente doble, como aquellos de las películas que trabajaban al mismo tiempo para la CIA y la KGB.

Usted se quejaba, medio en broma y medio en serio, por las preguntas de Malaver. Le dijo que se sentía como si lo estuviesen entrevistado en Globovisión… ¿No será que los voceros revolucionarios se han acostumbrado mucho a que no les hagan preguntas periodísticas?

Estoy de acuerdo en ese enfoque. La polarización ha sido muy fuerte y los medios han sido casi siempre el carburante. Entonces, los entrevistados de ambos lados van siempre en estado de alerta y buscamos que no haya ese tipo de preguntas que manda el buen periodismo. Y, en el caso nuestro, cuando nos hacen una pregunta así, decimos que el periodista parece de Globovisión. Pero a Roberto, en verdad, se lo dije porque estaba preguntando muchas cosas raras… Lo que sí es cierto es que en ambos bandos se produce un fenómeno: he escuchado a un periodista, sobre todo a los de las nuevas generaciones, tomarse hasta cuatro o cinco minutos formulando una pregunta. No hacen preguntas, sino editoriales. Las veces que a mí me han planteado una pregunta así, yo les respondo: bueno, ya tú contestaste ¿qué más quieres que te diga?

“La muerte te acerca a lo lírico”

Las intervenciones de Earle Herrera (San José de Guanipa, Anzoátegui, 1949) en la Cámara de Diputados recuerdan los tiempos de Moisés Moleiro, uno de los pocos parlamentarios que lograba captar la atención de todos sus colegas en la Cuarta República, incluyendo la de aquellos que estaban siendo víctimas de sus dardos envenenados. La fina ironía de Herrera logra sacarle sonrisas incluso a algunas de las biliosas figuras de la bancada opositora. Humildemente, el profesor se toma la comparación como un elogio. “Yo fui un gran admirador de Moisés, como político y como parlamentario, por su honestidad y su autenticidad”, comenta.

Docente titular jubilado de la Escuela de Comunicación Social de la Universidad Central de Venezuela, periodista, articulista, humorista y poeta, la bibliografía de Herrera incluye desde trabajos académicos muy enjundiosos, como su ya clásico El reportaje, el ensayo, hasta obras pensadas para llevar los temas comunicacionales al debate popular, como El que se robó el periodismo que lo devuelva. También ha realizado o participado en libros de humor y poesía.

La producción no ha cesado, pese a sus ocupaciones como diputado por su estado natal, moderador del programa de televisión El kiosco veraz (domingos, 10:00 am, Venezolana de Televisión) y articulista diario de Ciudad CCS, donde hace delicias con su minicolumna El kiosco de Earle. Próximamente aparecerán dos libros suyos. Uno se titula "El Disposicionero2 en El kiosco veraz, y recoge dos intervenciones telefónicas del Comandante Chávez (el Disposicionero, pues) en el espacio televisivo. El segundo libro pendiente es de poesía. Se titula "Al sur canto al Sur"; la publicación de esta obra cerrará un largo período de silencio poético. “Tenía tiempo sin publicar poesía, pero uno de repente, sobre todo cuando cree que se va a morir, empieza a escribir poemas –dice sonriendo−. La muerte te acerca a lo lírico”.

(Clodovaldo Hernández/Ciudad CCS)

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